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EXITOSO ENCUENTRO DE INFANCIA MISIONERA EN BUCARAMANGA

Cuaresma 2012


CUARESMA EN FAMILIA


Muchas de las iniciativas pastorales que normalmente se piensan para el ámbito de una parroquia o de una comunidad cristiana equivalente, sería bueno que las pensáramos en serio para otro marco de nuestra vida humana y cristiana: la familia.

Si consiguiéramos que la oración, la catequesis y la celebración cristiana del domingo volvieran (si se habían alejado) de algún modo al marco de la familia cristiana, seguramente sería mucho más eficaz nuestra tarea de educación o de vivencia cristiana de pequeños y mayores.

Lo que se hace en la celebración dominical en la iglesia, o en la catequesis, o en grupos de espiritualidad y apostolado, corre el peligro de ser una “isla”, un hecho puntual y desconexo, tanto para los niños y jóvenes como para los adultos, si no tiene continuidad y preparación en el seno de la familia.

Esto tiene aplicación en los tiempos fuertes del año (celebrar la Navidad también en familia, con símbolos cristianos, hacer un momento de oración al terminar o al empezar el año...) o en las fiestas (por ejemplo, las grandes fiestas marianas del año), y generalmente también cada semana en el domingo.

De modo particular puede tener esto resonancia en la Cuaresma.




La Cuaresma es tiempo de catecumenado y conversión para todos, pequeños y grandes. Un tiempo intenso en que somos invitados a abrirnos más a Dios (“oración”). La oración, sobre todo, de la Eucaristía, donde en torno al nuevo Cordero Pascual, Cristo, e identificados con Él, dirigimos al Padre nuestro sacrificio de acción de gracias para nuestra salvación pascual y participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo .a adoptar una postura de mayor servicio y entrega para con los demás (“limosna”). La limosna es dar dinero a los que pasan necesidad. Lo cual sigue teniendo actualmente todo su valor; La limosna tiene también este otro nivel: la limosna de tiempo. Es decir, el dar una parte del propio tiempo como servicio para alguien que lo necesite: sea ayudado a una persona que vive sola, o visitando a un enfermo o a través de alguna institución que pida voluntariado. Finalmente, está también un tercer nivel: el que se refiere a las causas de la pobreza y de la desigualdad social. Limosna será también trabajar para que esta sociedad y este sistema cambien, de modo que no aumente cada vez más la separación entre los que tienen y los que no tienen. y a controlarnos a nosotros mismos con un poco más de austeridad (“ayuno”). Una de las señales de la recta inteligencia del ayuno es que termine en la caridad. Ayunar, para dar al prójimo. “Lo que cada uno sustrae a sus placeres, lo dé a favor de los débiles y pobres” (San León, en un sermón cuaresmal). “Lo que tomamos en estas cosas de menos, aproveche para alimentar a los necesitados” (Sacrament. Veronense 929).

Las tres grandes direcciones, que admiten interpretaciones nuevas, pero que siguen siendo muy válidas para nuestro camino de Cuaresma-Pascua.

Pero esto no sólo deberíamos verlo y estimularlo en la celebración litúrgica, sino también, con sencillas maneras de oración o con simbolismos accesibles, en la familia. Para que esos valores “pascuales” vayan calando más en todos. De modo particular serviría para que los niños y adolescentes vean que todo eso no es sólo “cosa de niños”, sino que también sus mayores lo toman en serio.

1. Pueden ayudar durante este tiempo unos elementos simbólicos colocados en algún lugar de la casa.

Sobre todo puede ser útil la Cruz, que nos recuerda a todos el camino de la Pascua de Cristo y nuestra. ¿Cabría “entronizarla” la primera semana en algún espacio adecuado de la casa, con alguna lámpara, con una rama de laurel? Los niños y jóvenes podrían colaborar en su confección o colocación.

Otro símbolo sería la Biblia o los Evangelios, “entronizados” también de un modo más solemne al principio, y abiertos durante todo este tiempo, para significar que el camino de la Pascua es camino de una más atenta escucha de la Palabra de Dios.

2. En torno a ese espacio más apto para la oración, la familia podría tener un momento sencillo de oración, según el ritmo (diario o semanal) que les parezca más viable.

Una oración familiar que podría seguir un esquema parecido a éste: un salmo de introducción, una breve lectura bíblica (por ejemplo, de la misa del día), un momento de silencio, unas preces litánicas (con la respuesta “Señor, ten piedad”), y el Padrenuestro rezado o cantado por todos.

En varias diócesis, y sobre todo en parroquias o zonas, por iniciativas pastorales encomiables, existen también folletos que facilitan esta oración familiar. 

4. Naturalmente, caben otras iniciativas (que la misma familia, en un “sínodo” especial al principio de la Cuaresma podría decidir):

– hacer una breve oración de bendición de la mesa durante este tiempo (sería bueno que se extendiera a todos los domingos del año, si es que no se consigue hacerla diaria);

– tomar una “penitencia familiar” comunitaria: un pequeño gesto simbólico de austeridad, con ahorro económico que luego revierta en alguna obra de ayuda a los demás;

– hacer alguna vez durante la Cuaresma el Vía Crucis en casa; aprovechando el espacio de oración que se haya podido crear en torno a la Cruz;

– preparar comunitariamente en casa la celebración sacramental de la Penitencia antes de Pascua; (recuerdo siempre con admiración que cuando yo era niño nuestra madre nos reunía a los diez hermanos que éramos y nos ayudaba a hacer el examen de conciencia en común: ¿qué celoso sacerdote enseñó a aquellas madres esta iniciativa?).

Una de las tareas pastorales prioritarias debería ser la de cuidar la fe en la familia cristiana. Ayudar a los padres a que ayuden a los hijos... O ayudar a los hijos a que ayuden a los padres, que de todo hay. En un mundo como el que estamos viviendo, son esta clase de iniciativas las que contribuyen a veces más eficazmente a sentir y a vivir en cristiano.

Los modos concretos no serán, seguramente, los de antes. Pero cuando se está convencido de que la fe es un valor que hay que comunicar también a los demás, se encuentran las pedagogías y las formas para hacerlo.

C.P.L. Barcelona - J. ALDAZÁBAL